sábado, 7 de mayo de 2011

Andiamo a Trapani

Día 3. Èrice. Un flechazo con un cannoli!



Como ya comenté, sin coche las cosas son más complicadas, por lo que para llegar a Èrice, primero fuimos en tren a Palermo y luego en bus a Trapani.Una vez llegamos a Trapani, conocido en toda Italia por I Misteri (Semana Santa), las posibilidades de alojamiento estaban algo difíciles pero nos dejamos guiar por un cartel que indicaba un B&B y fue así es como llegamos “B&B da SALVATORE” (Vía Nunzio Nasi, 19 Tel.+ 39 3465165189). Era sencillo pero muy céntrico y con un anfitrión de excepción que nos preparaba un increíble desayuno cada mañana.




Esa tarde aprovechamos para visitar Èrice, un pueblo medieval en lo alto de una montaña donde parece que no haya pasado el tiempo, con unas increíbles vistas panorámicas de toda la zona. Para ello, hay que coger el bus 23 en la Piazza Umberto y coger un funicular. Se pude hacer todo el trayecto en bus pero la subida en funicular es divertida y permite alejarte de Trapani poco a poco.

Allí probamos nuestro primer cannoli siciliano. Es un dulce típico hecho de un crujiente de galleta relleno de ricotta dulce y trocitos de chocolate. Un placer para golosos como nosotros. Os paso la dirección de la  pastelería más popular, en la que podéis degustar todo tipo de dulces. (Grammatico Maria, Victorio Emanuele 14).


A la vuelta paseamos por Trapani y, !vimos el atardecer más impresionante de todo el viaje! Estando en Trapani teníamos que probar pasta alla Trapanese (pesto hecho con tomate, ajo y perejil) y el cuscus de pesce (pescado). Para ello elegimos la Cantina Siciliana (Via Guidecca 52), una Trattoria más que recomendable. De vuelta al hostal, descubrimos dónde se sale por Trapani, !estaba a un paso de nuestro hostal! en la Piazza Lucatelli. Y con esto y un bizcocho, hasta mañana a las 8.



Día 4. Y por fin salió el sol en Cala Rossa.


Cogimos el ferry de las 9.20 dirección Favignana, la más grande las tres Islas Égates. El ferry tarda 50 min (16 €). Una vez allí se puede alquilar una bici (5€) o una moto (25€) para descubrir la isla.  Optamos por la opción "no ecología" después de un intenso debate entre hacer deporte o poder ver Favignana en un día.

Sin duda el lugar más maravilloso es Cala Rossa. Además tuvimos la suerte de que la única vez que vimos el sol en todo el viaje fuera allí, por lo que el agua azul celeste lo fue aún más. Pau no pudo resistirse y se bañó en esa agua helada. Yo pude resistir la tentación y me conformé con meter los piececillos.

Comimos en un restaurante de pescadores (Amici del Mare) y pedimos antipasti, para variar, y carpacho de atún que te hacían en directo. Aunque el ultimo ferry era a las 8.20, decidimos volver en el anterior, el de las 6.00. El tiempo ya no acompañaba.


2 comentarios:

  1. el dulce tiene buenisima pinta, pero lo que me ha encantado es el comic deTailandia... sois lo más!!!

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  2. A mi también me encantó el comic! El original parece un manuscrito.

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